La localidad de Santovenia remonta sus primeras referencias escritas a 1092, anotadas sobre un testamento otorgado por el conde don Martín Fláinez. Por aquella fecha los reinos cristianos de la Península se hallaban en plena reconquista del territorio ocupado desde hacía casi cuatro siglos por los musulmanes. También era el momento del Cid Campeador y, del para nosotros más cercano, Pedro Ansúrez, repoblador de Valladolid y a cuyas órdenes estaba, por cierto, el ya citado Martín Fláinez, a la sazón su lugarteniente en Simancas y Cabezón.(Ver Introducción a la Historia del Municipio) La Iglesia Parroquial, está dedicada a San Juan Bautista. Presenta una sola nave con un retablo mayor de San Juan Bautista de 1788, del escultor vallisoletano Pablo Álvarez. En el siglo XVI se reedificó la cabecera y arranque del crucero. Ermita del Nazareno o de la Cruz o de la Cruz, del s.XX con una escultura de ‘El Nazareno’ de finales del s.XVI, principios del s.XVII del escultor Pedro de la Cuadra. ‘La Fuentona’, antiguo lavadero de 1808. Destaca el Parque ‘El Remuel’, sobre el que se enclava la torre del Campamento Romano.
El conjunto urbano está edificado prácticamente en ladrillo.
Para empezar, justo a la entrada del pueblo, llegaremos a un edificio blanco con una cruz de piedra frente a la puerta principal. Es la Ermita de Jesús Nazareno, en donde se guarda la imagen de Jesús Nazareno.
Algo más lejos, casi en la parte final del casco urbano, se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista, sobria construcción del XVI de buena sillería y cuya torrecampanario da una nota de color debido al ladrillo en la parte que es ocupada por la campana. Puede ser visitada contactando con el Ayuntamiento.
Si bien es una localidad que celebra con gran tradición la festividad de las Águedas a principios de febrero, su fiesta grande la desarrollan el 24 de junio en honor de San Juan, donde sus principales actos son las populares verbenas, los ruidosos fuegos artificiales y las ajetreadas sueltas de vaquillas.
Situado junto a la Ribera del Pisuerga, es un lugar idóneo para el paseo por su orilla, llena de gran vegetación que invitan al descanso y la tranquilidad, para después poder disfrutar de una buena gastronomía castellana en los restaurantes que se encuentran ubicados en la localidad.